12 de abril de 2011

CHILE

Rumbo al primer Mundo. El país con la economía más globalizada de Latinoamérica: estabilidad política, Estado de derecho y respeto a las reglas del juego son parte de la respuesta. La coalición de partidos de izquierda que gobernó durante dos décadas hasta 2010 triplicó el presupuesto educativo, y aumentó las horas de estudio en las escuelas de 940 por año a 1.200. Mientras que en 1990 la escolaridad promedio de los chilenos era de 8.7 años, en 2008 es de 11.8, la más alta en América Latina.
En 2008 se creó un fondo de 6.000 millones de dólares para otorgar 6.500 becas anuales, para que estudiantes chilenos puedan hacer estudios de posgrado en Estados Unidos, Europa, Nueva Zelanda y Australia. El nuevo fondo fue invertido en el extranjero.
No se preocupan por la fuga de cerebros, no les importa que no vuelvan a Chile de inmediato, citan el ejemplo de la India, donde la gran mayoría de los estudiantes indios se quedan en Estados Unidos unos 10 años y regresan a su país con un bagaje de conocimientos impresionante, mucho más creativos, y con más contactos internacionales.
El 65% del financiamiento de la Universidad de Chile proviene de la venta de servicios y 25% proveniente de los aranceles que pagan los estudiantes. La ayuda financiera estatal sólo cubre el 14%.
Los costos en las universidades privadas son altos, oscilan entre los 3.200 dólares por año para humanidades, hasta unos 6.900 para medicina. Un 30% de los estudiantes chilenos de universidades públicas y privadas tienen becas completas del gobierno. El restante 70% tiene acceso a créditos estudiantiles de bajo costo – 2% anual – que deben pagar tras graduarse y conseguir empleo.
La Universidad de Chile tiene muchos más estudiantes de ingeniería que de psicología, filosofía o sociología. Admite un cupo de 600 estudiantes por año en ingeniería, 50 en psicología, 50 en filosofía y 40 en sociología. Cuando el estudiante sabe que al graduarse tendrá que pagar los costos de su educación universitaria, tiende a elegir carreras que ofrezcan más garantías de empleo y mejores sueldos. Todas las carreras tienen un límite de tiempo. Por reglamento no pueden tener estudiantes eternos. Si el estudiante pasa de seis años y no se gradúa, aunque rinda materias no puede permanecer en la universidad. El Estado considera que no se puede usar dinero de los contribuyentes para pagar por estudiantes que no estudian. El fenómeno más destacado de la educación superior chilena en las últimas décadas ha sido el auge de las universidades privadas. De las 58 universidades chilenas, 42 son privadas, y 36 de ellas fueron creadas en las tres últimas décadas. La proliferación de universidades privadas fue lo que ayudó a masificar la educación superior.
La Universidad del Desarrollo – presidida por Hernán Buchi, es una de las favoritas de la clase empresarial chilena – ofrece a sus alumnos la opción de cursar asignaturas de ingeniería comercial y economía en inglés, e instauró un sistema en su Escuela de Negocios por el cual todos los estudiantes deben pasar un día por semana trabajando en una empresa, reportando a un gerente de la misma. La universidad fue fundada en 1990 y en 2008 ya tenía 10.500 alumnos. Ofrece principalmente “un estrecho contacto con el mundo empresarial”. Los estudiantes de tercer y cuarto año pasan un día entero por semana en una empresa, con tutor.
En 1976, Chile había creado una institución privada sin fines de lucro financiada principalmente por el Estado, la Fundación Chile, que muy pronto se convirtió en el motor de exitosas industrias de exportación de salmón, vinos, fresas, madera y varias tecnologías de punta en el país. En 1980, la Fundación Chile llevó a varios empresarios a Noruega, y luego a Escocia, donde vieron por primera vez la cría de salmones en jaulas. La fundación creó nuevas empresas salmoneras que cubrían toda la cadena productiva de la industria, desde la producción de huevos de salmón hasta la elaboración de salmón ahumado. En pocos años Chile había pasado de exportar prácticamente nada a vender un total de 2.300 millones de dólares anuales en salmón y trucha al resto del mundo, surtiendo el 38% del mercado mundial de salmón en 2008 y convirtiéndose – junto con Noruega – en el mayor exportador de salmón del mundo.
En el año 2000 Ricardo Lagos hizo una gira por Silicon Valley, en California, Seattle, acompañado por unos 100 empresarios. Visitaron laboratorios de las principales empresas de tecnología de la información de EU, y vieron que Chile necesitaba una buena infraestructura de redes de Internet y potenciar la investigación y el desarrollo de nuevos productos.
La fundación País Digital – una empresa privada sin ánimo de lucro – está piloteando una prueba para ver si a Chile le convendría adquirir el programa “Una Computadora para cada Niño” desarrollado por Nicholas Negroponte. Se creó un Consejo Nacional de Innovación, copiado de Finlandia, para tratar de establecer una estrategia de innovación que le permita a Chile reducir su dependencia de las materias primas y convertirse en una economía basada en la innovación e incentivar a las empresas a vincularse a las universidades y sacar al mercado productos de mayor valor agregado. Se comenzó por identificar ocho sectores productivos prioritarios en los que Chile podía aspirar a tener ventajas competitivas mediante la innovación: agricultura, turismo, minería del cobre, servicios de tecnología de la información, alimentos procesados, fruticultura, avicultura y servicios financieros. Se creó un esquema de apoyo estatal al capital de riesgo, copiado de Israel, por el cual si un empresario pone un dólar para un
Proyecto de innovación con buenas posibilidades de éxito comercial, el Estado aporta tres dólares. En 2007 aprobó una ley de crédito tributario de promoción a la investigación y el desarrollo empresarial, por la cual si un empresario invierte en un proyecto de investigación y desarrollo tecnológico, puede ir a una universidad, y el Estado le financia mediante créditos impositivos 50% de lo que paga para esa investigación universitaria. La meta de gobierno de Piñera es que Chile pase a formar parte del Primer Mundo en 2018. Para alcanzar ese objetivo deben aumentar su ingreso per cápita de 14.400 dólares anuales en 2010 a 24.000 dólares anuales en 2018. Es decir, crecer 6% cada año. Se propone duplicar la subvención estatal por alumno, para ofrecer más y mejores profesores y mejorar la formación de éstos premiando a los más calificados.

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